La
verdad es que existen muchas verdades. (Pequeñas y grandes,
sencillas y complicadas. Algunas que aclaran y otras que oscurecen;
en fin, de varios tipos)
Desde tiempos inmemoriales, y a lo largo de toda la historia,
paralelamente a la creación de objetos materiales, y para satisfacer
las crecientes necesidades al nivel de las comunicaciones (elemento
esencial de la vida en sociedad) el ser humano fue creando conceptos.
Muchos de estos conceptos esenciales en la comunicación diaria entre
los individuos de una sociedad son, en principio, extremadamente
sencillos y no conllevan mucha carga subjetiva:
Mesa: superficie plana con una o mas patas que permite sostener cosas
u objetos.
El concepto de mesa se complica grandemente cuando lo usamos en
contextos mas elaborados: mesa, como en accidente geográfico: “Mesa
de California”; como descripción de una situación: “se encontró
con la mesa servida”, “lo arreglaron bajo la mesa”, etc.
El concepto de Verdad encaja dentro de esos mismos principios. Si
inicialmente el concepto sirve para facilitar la comunicación
en un contexto sencillo: “Verdad: Descripción generalmente
aceptada de la realidad”, el mismo se complica grandemente cuando
tratamos de usarlo en contextos mas específicos, como en Religión,
Filosofía, Ciencia. Para complicar aun mas la cuestión, el concepto
de Verdad lleva generalmente implícita una carga emocional y/o
subjetiva similar a conceptos como Igualdad, Justicia, Paraíso y
otros pocos. Estas diferencias subjetivas se dan tanto entre
individuos de una misma sociedad como entre culturas
diferentes. En Religión y Filosofía el concepto de Verdad ha sido
razón y objeto de agrias disputas hasta nuestros días.
Por ahora queremos referirnos al aspecto más limitado y especifico
de la Verdad en las Ciencias.
Además de las verdades epistemologicas y ontológicas y a las
dificultades relacionadas con el lenguaje, las perspectivas y
contextos, así como al carácter social de la misma, queremos
agregar algunas acotaciones:
La verdad entendida como “única explicación de la realidad”
no tiene cabida dentro de las ciencias porque, entre otras cosas:
- La multiplicidad
de disciplinas que conforman el universo de la Ciencia han
diseccionado la Realidad en tantos aspectos y segmentos justamente
con el propósito de estudiarla y tratar de explicarla. Cada
disciplina busca encontrar sus verdades en la descripción y
explicación de los fenómenos que ocurren en el aspecto de la
Realidad que estudia o del que se ocupa. El resultado es una
multiplicidad de verdades parciales.
- Algunas verdades,
incluyendo aquellas con pretensiones de validez universal (tales como
1+1=2), siempre dependen de algunas verdades previas (o por lo menos
pre-supuestas), a su vez cuestionables (como la existencia o no del
0).
- La evolución del
conocimiento científico, conforme a los descubrimientos y nuevos
planteamientos, garantiza de por si el carácter transitorio de las
verdades.
- De hecho, se podría
decir que el cuestionamiento de la verdad es el motor primordial de
la Ciencia. La verdad existe como Regla hasta que el número de
excepciones a la regla sean tantas que se justifique formular una
nueva Regla o verdad. O hasta que nuevos procedimientos produzcan
verdades nuevas en forma independiente.
Desde el punto de vista personal, pensamos que debe ser
extremadamente difícil caminar por la vida sin un cuerpo de verdades
o Reglas con las que medir o evaluar las distintas situaciones a los
que nos enfrentamos en el diario vivir. La mayoría de las personas
hemos llegado a este conjunto de verdades como resultado de un largo
proceso educativo en el que no solo hemos adoptado las verdades que
son aceptadas y prevalentes en la sociedad y cultura de la que somos
parte, sino también las incorporadas como resultado de nuestras
propias experiencias personales. Estas verdades personales proveen la
luz y se constituyen en guía de nuestros pasos camino al futuro.
En el plano de las relaciones interpersonales, observamos día
a día que nuestras verdades colisionan con harta frecuencia con las
verdades de las personas que nos rodean y son parte de nuestro
entorno. La regla esencial de Vivir y Dejar Vivir es lo que con mayor
frecuencia aplicamos. De hecho, son muy pocas las personas para
quienes imponer sus verdades a todo el mundo es crucial en sus vidas.
La gran mayoría nos conformamos con una pacifica coexistencia de
verdades personales.
Muchos de nosotros inclusive caminamos por la vida con verdades
fabricadas. Pretendemos ser personas diferentes a las que realmente
somos. En muchos casos manipulamos las verdades, ya sea
exagerando algunas cualidades que difícilmente poseemos, o
minimizando defectos que percibimos nos disminuyen a los ojos de los
demás (la cirugía estética y el maquillaje ayudan bastante).
Algunas más inocentes, como cuando pretendemos ingresar a clubes o
antros a los cuales nuestra edad no nos lo permite legalmente.
Algunas más serias, como cuando nos enredamos en relaciones
extra-matrimoniales.
Algunos estamentos de la sociedad son más eficientes y
prolíficos en la manipulación de la verdad. Así vienen a la mente
muchos medios de comunicación y los políticos en las campañas
electorales. También los gobernantes de una nación en guerra o
revolución. O sin ir muy lejos, cuando comerciantes exageran las
bondades del producto que tratan de vendernos. O cuando la vecinita
exagera algunos atributos físicos con medios artificiales para
impresionar al sexo opuesto. Manipulaciones de la verdad existe a
nuestro derredor en forma constante, en diversas formas y por
diferentes motivos. Y muy pocos realmente perdemos el sueño por
ello.
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